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El día de ayer, la ONGD española Ayuda en Acción llevó a cabo la presentación de los logros y resultados del Proyecto “Familias Rurales de Citalá y Masahuat, reactivan su economía y fortalecen medios de vida en contexto agravado por pandemia y emergencias climáticas”, desarrollado con el apoyo de la Cooperación Española.

Este proyecto se centró en revitalizar la economía y los medios de vida de las familias rurales en los municipios de Citalá y Masahuat, en Santa Ana, que fueron gravemente afectadas por la pandemia del Covid-19. Con una inversión de EUR 600.000 por parte de la Cooperación Española, la intervención ha transformado los sectores de hortalizas, miel de abeja y productos bioculturales sostenibles.

El proyecto benefició a 200 familias rurales mediante el establecimiento de 24 modelos de negocio liderados por mujeres, fortaleciendo sus capacidades productivas con prácticas sostenibles. Entre estos modelos se encuentran hojalatería, apicultura, huertos, viveros de plantas ornamentales y medicinales, plantineras y corte y confección. Han recibido asesoría y asistencia técnica a través de alianzas con el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (CONAMYPE) y personal multidisciplinario de Ayuda en Acción El Salvador.

La iniciativa promovió la participación de las mujeres en la toma de decisiones y la gestión local, priorizando a las familias encabezadas por mujeres y llevando a cabo acciones para sensibilizar sobre nuevas masculinidades y fomentar la corresponsabilidad en la economía del cuidado. 

El éxito de este proyecto fue posible gracias al esfuerzo conjunto de las instituciones clave ya mencionadas, como de los Gobiernos locales de Citalá y Masahuat y las Asociaciones de Desarrollo Comunal (ADESCOS).

Además de aumentar la producción, el proyecto dinamizó la economía local mediante alianzas comerciales y el desarrollo de rutas turísticas bioculturales. La integración de prácticas agroecológicas y energías alternativas promueve la conservación ambiental y mejora la infraestructura productiva.

A largo plazo, el proyecto garantiza la seguridad alimentaria y nutricional de niños, niñas, mujeres y hombres, asegurando bases económicas, sociales y ambientales para futuras generaciones. El 87% de los beneficiarios considera que las iniciativas han mejorado la seguridad alimentaria, los ingresos familiares y la generación de autoempleo. Para el 90%, las iniciativas responden a las oportunidades de los mercados locales.

La implementación y adopción de conocimientos ha mejorado la capacidad de adaptación al cambio climático de niños, niñas, jóvenes y mujeres, logrando avances en la dinámica económica y social de las comunidades rurales. 

Este proyecto ha mejorado la resiliencia de las comunidades rurales de Citalá y Masahuat frente a los efectos del cambio climático, destacando el compromiso de Ayuda en Acción y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) con estas localidades.