Seguridad Ciudadana con rostro humano
El último Informe Regional de Desarrollo Humano. Seguridad Ciudadana con rostro humano: diagnóstico y propuestas para América Latina 2013-2014, presentado el pasado lunes 20 de enero de 2014, analiza la situación de 18 países de América Latina que registran una tasa de homicidios superior a 10 por cada 100.000 habitantes, lo que convierte a la región en la más violenta del mundo.
El informe señala que hasta un 65% de la población de estos 18 países han dejado de salir de noche por la inseguridad y 13% reportó haber sentido la necesidad de cambiar su residencia por temor a ser víctima del delito (LAPOP-PNUD 2012). Tomando como base la población total de América Latina, este 13% equivaldría a 74.8 millones de personas, aproximadamente; es decir, todos los habitantes de Argentina, más los de Perú y Uruguay. El robo, en tanto, se ha triplicado en los últimos 25 años, es el delito que más afecta a los latinoamericanos.
El documento, un trabajo de dos años elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con el apoyo financiero de la Cooperación Española, a través del Fondo Fiduciario España PNUD, incluye también un análisis de la seguridad en El Salvador, reconoce que las respuestas para enfrentar la violencia no han estado a la altura de su magnitud y emite varias recomendaciones.
«En El Salvador, la inseguridad ciudadana es provocada por múltiples causas: la baja calidad de crecimiento, el delito aspiracional, los cambios demográficos, el debilitamiento familiar», apuntó el coordinador del Informe de Desarrollo Humano El Salvador, William Pleitez.
En El Salvador destaca la tasa de homicidios de jóvenes, un 75.5%, que casi dobla la tasa nacional, de 39.5. Según el informe, cada tres horas un joven sufre violencia sexual.
Según el IDH, la presencia de las pandillas (o maras) en diversos países y su nivel de organización y de criminalidad se han acentuado en los últimos años, en muchos casos, a raíz del fracaso de las políticas de “mano dura”, de fuerte represión policial. La encuesta de internos en El Salvador realizada por el PNUD en el 2013 muestra que un 37% de los internos pertenecía a una pandilla en el momento en el que fue detenido. Del 63% restante, un 10% se integró a las pandillas en la cárcel.
En este sentido, la coordinadora del área de Gobernabilidad del PNUD en El Salvador, Marcela Smutt, destacó que en El Salvador «las políticas públicas no han sido efectivas, articuladas, aunque existen muy buenas propuestas –como la Política Nacional de Justicia, Seguridad Pública y Convivencia o la Estrategia Nacional de Prevención de Violencia— que tienen el reto de traducirse en estrategias con metas concretas e indicadores–.» El informe sostiene y ofrece evidencias de que la inseguridad ciudadana es un reto que puede superarse mediante políticas democráticas, incluyentes y con apego a los derechos humanos.
Comentarios al Informe
Durante el foro, también se contó con la participación de los periodistas Paolo Luers y Carlos Dada , y el ex rector de la Universidad Centroamericana (UCA), José María Tojeira que realizaron comentarios sobre el Informe.
El primero destacó la necesidad de abordar el reto desde lo local, donde la participación es más factible y señaló que la reinserción es un aspecto ausente en el Informe, al igual que el crimen organizado como una de las causas de la inseguridad en el país, según apuntó Carlos Dada. El director de El Faro responsabilizó a una «sociedad enferma» el problema de la seguridad en El Salvador.
Por su parte, Tojeira cuestionó la alusión al delito aspiracional como una de las causas de la inseguridad y se refirió más bien a la violencia estructural fuerte que hay en el país, y llamó la atención sobre la situación de los jóvenes evidenciada en el Informe: «Los jóvenes sufren en casa, son los que más emigran, los más golpeados, tenemos que invertir más en los jóvenes».
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