Historia

Los inicios

La historia de la cooperación española en El Salvador comienza, tras los terribles terremotos de 1986, con el envío de ayuda humanitaria en su fase de emergencia y reconstrucción, y cristaliza con la firma del Convenio Básico de Cooperación Científico Técnica en 1987 entre ambos países . Mediante este convenio se establece la concesión de becas, estancias de formación, suministro de materiales y equipos para la ejecución de los programas acordados, el intercambio de información científica y técnica, el intercambio de misiones de expertos y cooperantes para la ejecución de los proyectos. La Agencia Española de Cooperación Internacional nace en 1988 y se encarga de dar seguimiento a dicho convenio. Debido a la realidad cambiante del país en estos años, la cooperación española evoluciona en función de su entorno, y en los años 91-92, se centra en el incipiente proceso de paz. Para su consolidación eran imprescindibles unos recursos con los que el Gobierno salvadoreño no contaba, por lo que era fundamental el apoyo de la cooperación internacional en dicho proceso.

En diciembre de 1991, se presenta una Propuesta de Cooperación Española en El Salvador, que tenía como referente el Plan de Reconstrucción Nacional puesto en marcha por el Gobierno salvadoreño, y en el que se destacaban tres líneas de acción: desarrollo institucional y fortalecimiento democrático, desarrollo económico, desarrollo social.

En esta época las organizaciones no gubernamentales españolas realizan proyectos relacionados con la reinserción de personas refugiadas, repatriadas y desmovilizadas por el conflicto armado. Salvadoreños y salvadoreñas vuelven a El Salvador de los campos de refugiados de Mesa Grande y Colomoncagua, en Honduras.  La Misión de Observadores de las Naciones Unidas en El Salvador verifica el cumplimiento de los Acuerdos de Paz.

La consolidación de la Cooperación Española en el país.

El 18 y 19 de enero de 1993 tiene lugar la II Reunión de la Comisión Mixta Hispano- Salvadoreña de Cooperación Científico- Técnica y Cultural-Educativa, que examina los avances realizados en la cooperación y establece los nuevos objetivos para esos años, como el “fortalecimiento de la paz y la democracia mediante el desarrollo de proyectos de asistencia a instituciones democráticas y de atención a los sectores sociales más vulnerables”. Destaca el reconocimiento de la cooperación cultural y educativa y no solo la científico técnica.

Se definen siete líneas de cooperación: el refuerzo institucional y apoyo al proceso de paz, apoyos a procesos de industrialización, el desarrollo rural y recursos naturales, el programa de salud, el programa socio laboral y de educación, el programa de ciencia e investigación y el programa cultural y deportivo.

Durante el periodo que comprende la III Comisión Mixta (1995-1998), la cooperación española continúa apoyando la transición democrática salvadoreña, incidiendo en la modernización de la administración pública y reforzando el apoyo a las necesidades sociales básicas, a través del desarrollo municipal. La cooperación descentralizada, tanto oficial como no gubernamental, es ya una parte importante del volumen de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) española. Para esta etapa se decide concentrar las actividades en cuatro grandes áreas: modernización institucional y refuerzo de las capacidades para la satisfacción de las necesidades sociales básicas, educación y formación de recursos humanos, modernización de los sectores productivos e infraestructuras y refuerzo de la cooperación cultural.  Se crea un Fondo Salvadoreño para la Cooperación Mixta España-El Salvador para dar cobertura a los proyectos acordados por la comisión. En octubre de 1998, tienen lugar los efectos devastadores en toda Centroamérica, incluido El Salvador, del huracán Mitch, que en términos de cooperación provoca la priorización de la acción humanitaria.

La priorización de la acción humanitaria y el desarrollo sostenible.

La IV Reunión de la Comisión Mixta Hispano-Salvadoreña, que tiene lugar el 30 de noviembre y 1 de diciembre de 1999, hace incidencia del Huracán Mitch, con efectos devastadores en toda Centroamérica, y recoge las líneas establecidas en la recientemente aprobada Ley 23/1998 de 7 de Julio de Cooperación Internacional al  en la que  se establecen  los principios, objetivos y prioridades de la política española, así como la planificación de sus actuaciones a través de Planes Directores y Planes Anuales.

En este año aparece el primer Plan Director de la Cooperación Española 1999-2004 en el que se sientan las prioridades sectoriales y geográficas de intervención de la cooperación. El Salvador es un país prioritario y uno de los ejes estratégicos en la cooperación con Centroamérica. Éste, junto con el Plan Nacional de Reconstrucción y Transformación del Gobierno Salvadoreño, que suponía una alianza con la sociedad civil salvadoreña para un desarrollo sostenible, se convertirían en los ejes que articularían la cooperación bilateral en este periodo.

Las líneas de acción establecidas en la IV Comisión Mixta giran en torno al fortalecimiento institucional para la consolidación de la democracia y la satisfacción de las necesidades sociales básicas, educación, capacitación de recursos humanos, desarrollo sostenible, medioambiente y recursos naturales y cooperación cultural. Durante este periodo se aprobaron 82 proyectos por valor de más de 28 millones de euros procedentes de diferentes financiadores.

En el año 2001 en los meses de enero y febrero, el país, todavía recuperándose de los efectos del huracán Mitch, sufre dos destructivos terremotos, que acaban con la vida de cientos de personas. En marzo de ese año tiene lugar en Madrid, una mesa de donantes organizada por el Gobierno salvadoreño para establecer las bases de la cooperación para hacer frente a la nueva reconstrucción del país.

La cooperación entre la AECID y la Secretaría General del Sistema de Integración Centroamericana se define por el Memorándum de Entendimiento firmado en Madrid en 2001, en el que se resalta la necesidad de apoyar el proceso de integración regional en Centroamérica, como elemento imprescindible para el fortalecimiento de la institucionalidad democrática en la región, para el logro del desarrollo económico social sostenible y la disminución de la vulnerabilidad ambiental.

En la etapa comprendida entre 2002-2005, periodo que se corresponde con la V Comisión Mixta, debido a la vulnerabilidad del país frente a los fenómenos naturales obliga nuevamente a la restructuración de las agendas de cooperación entre España y El Salvador. La cooperación se centra en las tareas de reconstrucción y en el acompañamiento a las intervenciones de la cooperación descentralizada, así como la importancia de las ONGD acreditadas ante el Gobierno español, iniciándose el debate sobre la necesidad de la preparación técnica del país para hacer frente a este tipo de catástrofes. También se establecen las prioridades horizontales o ejes transversales sobre los que ha de trabajar la cooperación: la lucha contra la pobreza, la equidad de género y el medio ambiente.

La cooperación regional

La V Reunión de la Comisión Mixta Hispano Salvadoreña se convoca con carácter extraordinario los días 24 y 25 de abril de 2002, con el objetivo de modificar la planificación establecida en la IV Reunión. El marco de la cooperación bilateral hispano-salvadoreña para el periodo 2002-2005 tendría dos vertientes. Se establece que seguiría en vigor, revisado y ampliado, el Programa de la Nueva Alianza, iniciado por el Gobierno salvadoreño y por parte española, el referente fundamental sería el I Plan Director de Cooperación 2001-2004, aprobado en noviembre de 2000.

Las grandes líneas de acción en este periodo son participación social, desarrollo institucional y gobernabilidad, promoción y fortalecimiento del tejido económico y rehabilitación postdesastre. Se establecen con claridad los diferentes instrumentos de la cooperación española para satisfacer estas prioridades como las subvenciones para programas y proyectos a ONGD españolas. En 2003 nace la Coordinadora de ONGD españolas en El Salvador COÑGD para resolver las dificultades migratorias para permanecer en el país de los cooperantes.

Además se firma el Memorando de Entendimiento entre la Unión Europea y El Salvador, con una dotación para la cooperación comunitaria de alrededor de 60 millones de euros para el periodo 2000-2006. En estos años España destaca la importancia de la participación en los programas regionales a nivel centroamericano.

En este periodo la cooperación española  promueve las políticas de igualdad de género a través del apoyo al Instituto de Desarrollo de la Mujer (ISDEMU) y la financiación a través de ONGD españolas al movimiento de mujeres y feminista de El Salvador y se establecen con claridad los diferentes instrumentos de la cooperación para satisfacer estas prioridades como las subvenciones para programas y proyectos a ONGD españolas. En 2003 nace la Coordinadora de ONGD españolas en El Salvador COÑGD para resolver las dificultades migratorias para permanecer en el país de los cooperantes. Ese mismo año se inaugura el Monumento a la Memoria y la Verdad en el Parque Cuscatlán apoyado por ONGD españolas y cooperación descentralizada.

El 1 de octubre entra en erupción el volcán Ilamatepc en Santa Ana y el 3 de octubre emergencia por el huracán Stan, con 69 personas fallecidas y $355 millones de pérdidas, según la CEPAL. La cooperación descentralizada apoya las labores de reconstrucción tras el huracán Stan el 3 de octubre de 2005, la Junta de Andalucía promueve la construcción de viviendas en el Cantón el Cuco, del municipio de Chirilagua en San Miguel. La colonia de viviendas, las Flores de Andalucía, supone el inicio de una tradición de cooperación en la zona que trascenderá la infraestructura básica para promover el desarrollo del tejido productivo en la zona y la cohesión social.

La Eficacia de la Ayuda

El periodo que abarcan los acuerdos logrados en la VI Reunión de la Comisión Mixta Hispano Salvadoreña, que tuvo lugar el 25 de mayo de 2006, está marcado por la aprobación del II Plan Director de la Cooperación Española 2005-2008, fuertemente influenciado por la Declaración de París sobre Eficacia de la Ayuda de 2005, recogiendo los principios elementales en los que ésta se basa, referidos a la armonización y coordinación entre donantes y a la apropiación y alineamiento con las políticas del país receptor.

El II Plan Director de la Cooperación Española sigue considerando prioritario durante esta etapa a El Salvador y ello se refleja en  la elaboración del Documento Estrategia País 2005-2008, cuya misión es desarrollar y aplicar en el país los principios establecidos en el II Plan Director.

De esta manera, se abandona el enfoque meramente asistencialista característico de etapas anteriores para desarrollar planificaciones y acciones conjuntas impulsadas por el país socio. Un ejemplo de este nuevo enfoque es el Programa Red Solidaria impulsado por el Gobierno como estrategia de reducción de la pobreza en El Salvador.

Al igual que en los periodos anteriores, en la etapa 2005-2008 la Cooperación Española  incorporó las vertientes de cooperación bilateral, cooperación multilateral, cooperación regional, cooperación descentralizada oficial de las Administraciones territoriales españolas y  las ONGD. Se continúa impulsando el reconocimiento de los principios democráticos a través del fortalecimiento del Estado de Derecho, el desarrollo del tejido socioproductivo, y la participación ciudadana a través de los procesos de descentralización, entre otras intervenciones.

Socios para el desarrollo. El Marco de Asociación

El Salvador y España inician una nueva etapa en sus relaciones de cooperación. El Salvador ya es firmante de la Declaración de París, crea un Viceministerio de Cooperación para el Desarrollo y realiza un esfuerzo por reunir a sus cooperantes en torno al documento “Compromisos para una Agenda Nacional de Eficacia de la Ayuda” que promueve con el apoyo de la cooperación española. Ambos trascienden la relación donante receptor para convertirse en socios para el desarrollo.

En 2009 se renueva el Convenio Básico de Cooperación, el primero de una nueva generación de convenios de la cooperación española, basado en la nueva arquitectura de la ayuda, que promueve el trabajo por resultados y la mutua rendición de cuentas con transparencia. Se celebra el seguimiento a la reunión de la VI Comisión Mixta, donde se rinden cuentas del trabajo realizado.

Por primera vez, El  Salvador cuenta con un Plan Quinquenal de Desarrollo a cinco años, que se convierte en el referente de la cooperación española. El Marco de Asociación, firmado en octubre 2010, después de un ejercicio en el que participan todos los actores de desarrollo en el país concreta las tres áreas en las que se concentrará la ayuda de la cooperación española durante el periodo 2010-2014 en un ejercicio por aumentar el impacto de su ayuda y hacerla más eficaz. Se fijan también los resultados previstos con relación a las inversiones e instrumentos de cooperación. Las áreas delimitadas son la reducción de la pobreza, la reforma de la administración pública y la participación social en la formulación de políticas públicas.

Los nuevos instrumentos de cooperación se ponen en marcha con el apoyo programático al Programa Comunidades Solidarias, el programa nacional de reducción de la pobreza. En 2011, el Gobierno de El Salvador firma con sus Socios para el Desarrollo un Código de Conducta que permitirá hacer más eficiente  el aprovechamiento de los recursos de la cooperación internacional, se lanza el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento, y el Fondo de Fortalecimiento Institucional. El desarrollo local también sigue siendo una seña distintiva de la cooperación, sobre todo en el ámbito del fortalecimiento de las políticas de cohesión social y prevención de la violencia en el Área Metropolitiana.

Las ONGD españolas siguen ejecutando proyectos y convenios, estos últimos que permiten intervenciones a medio plazo en el área de la salud sexual y reproductiva, la equidad y la cultura de paz. La provisión de servicios básicos en sus intervenciones es progresivamente abandonada por el apoyo a los grupos más dinámicos de la sociedad civil salvadoreña en su incidencia para la construcción de políticas públicas y la transformación social.

 

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