Los ancianos del Centro Sara Zaldívar cuentan con nuevo equipamiento en el área de lavandería con el apoyo de AECID
Los viejos equipamientos oxidados han sido sustituidos por una moderna lavadora y secadora tipo industrial, además de una caldera y cambios en algunos de los equipos en funcionamiento. En total 176.048 dólares financiados por AECID para ayudar a prevenir las enfermedades que pueda causar la falta de higiene en la vestimenta.
Algunos de los 175 ancianos residentes en el Centro perteneciente al Instituto Salvadoreño de Rehabilitación (ISRI) asistieron al acto oficial de entrega de los equipamientos, presidido por el ministro consejero de la Embajada de España en El Salvador, Jorge Mijangos; el viceministro de Cooperación, Jaime Miranda; y el presidente del ISRI, José Vicente Coto.
En su intervención, Miranda agradeció a la AECID el equipo básico de lavandería financiado, mientras el presidente del ISRI insistió en el ejemplo que supone España en el caso de la atención a las personas con discapacidad. Por su parte, el representante de la Embajada de España destacó la valía del personal trabajando en el centro y deseó que “se continúe en el esfuerzo por mejorar la calidad de vida de las personas que viven” en el asilo.
En el Centro de Ancianos su escaso personal, 117 personas en turnos rotatorios, según cuenta su directora, Claudia Barahona, atienden a los ancianos que disponen de servicios médicos, de enfermería, alimentación, barbería y área de terapia física y trabajos manuales.
La dotación nueva comprende concretamente: una caldera de 50 HP de capacidad, una lavadora industrial con capacidad de 250 libras y una secadora de tipo industrial de 190 libras de capacidad. Además, se ha instalado un quemador diesel a gas, se cambiaron los amortiguadores de otra lavadora y se cambiaron las tuberías de alimentación del sistema de nuevo colector para vapor.
El Centro Sara Zaldívar se sitúa en lo que fue la casa de campo de la esposa del presidente Rafael Zaldívar, en la avenida Irazú de la Colonia Costa Rica de San Salvador. Para poder ser internado ahí, los ancianos deben superar los 65 años y carecer de recursos económicos y familiares.
