Avances: La OMS reconoce la Enfermedad Renal Crónica (ERC) de las comunidades agrícolas de El Salvador como un problema de salud pública
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido la Enfermedad Renal Crónica (ERC) de las comunidades agrícolas de Centroamérica como un problema de salud pública en la 152 sesión de su Comité Ejecutivo que se celebró en Washington del 17 al 21 de junio de 2013. En El Salvador, la ERC es la primera causa de muerte hospitalaria entre los hombres y la quinta entre las mujeres.
“Este tipo de enfermedad renal crónica es un problema apremiante y grave de salud pública, tomando en consideración su alta incidencia, prevalencia y mortalidad así como la demanda insatisfecha de atención de salud, y la carga para las propias familias, comunidades, los sistemas de salud y la sociedad en general”, dice la OMS en su acta.
En las dos últimas décadas en la subregión de Centroamérica se ha notificado un creciente número de casos de personas que sufren de ERC y que fallecen por esa causa y, entre esos casos, se ha reportado un tipo de ERC que no está relacionada con las causas más frecuentes, como la diabetes mellitus y la hipertensión arterial y es lo que la OMS ha reconocido como ERC de las comunidades agrícolas de El Salvador.
Este reconocimiento permitirá avanzar conjuntamente en los requerimientos que exige la atención de esta enfermedad, como la reorganización de la prestación de los servicios a las personas enfermas, fortalecer las capacidades de los recursos humanos o abaratar los costes del tratamiento, entre otras cuestiones urgentes.
Los apoyos de la AECID
Esto supone un hito histórico tras años de esfuerzos del propio Ministerio de Salud de El Salvador por posicionar en la agenda internacional esta enfermedad, en cuya determinación ha contado como principal socia estratégica en el país con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
La AECID apoya el esfuerzo investigativo en torno a esta enfermedad que está realizando el MINSAL, primero a través del Programa Nefrolempa y en la actualidad con el Instituto Nacional de Salud (INS), uno de los ejes estratégicos de la reforma de salud, que ha permitido una investigación cuyos resultados de estudios epidemiológicos, clínicos, histopatológicos y tóxico ambientales que aportan a la caracterización de la enfermedad y sus factores asociados se presentaron el pasado abril en la Conferencia Internacional y en la Reunión de Alto Nivel sobre Enfermedad Renal Crónica de Causas no Tradicionales en Centro América.
Bajo el liderazgo del Ministerio de Salud, en coordinación con la COMISCA y con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el desarrollo (AECID) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en esta conferencia se dieron cita expertos de América Latina y Asia.
El doctor Raúl Herrera dirigió esta investigación que fue realizada por un colectivo de autores del Hospital San Juan de Dios de San Miguel (El Salvador), el INS y un equipo de siete especialistas cubanos del Ministerio de Salud Pública de Cuba y la OPS.
Se realizó un estudio multidisciplinario pormenorizado en 46 pacientes de San Miguel, Ahuachapán, Usulután y Chalatenango. De cada paciente se sacaron más de 1.500 datos, con 22 instrumentos de recolección y de 22 especialidades biomédicas diferentes, además de atender el punto de vista social y psicológico.
«Es una enfermedad que ocurre en las comunidades agrícolas y a personas básicamente agricultoras, por eso es una enfermedad que hay que contextualizarla en estas comunidades, donde el elemento pobreza es determinante para el desarrollo de la enfermedad”, explicó el doctor Herrera.
La enfermedad afecta mayoritariamente a hombres jóvenes y agricultores. Aunque existe consenso de que se trata de una enfermedad multifactorial, destacan la exposición a agroquímicos ya sea por exposición directa y/o prolongada en el tiempo o como contaminación residual de larga data en el suelo, aguas y cultivos, agravada por las duras condiciones de trabajo, la exposición a altas temperaturas y la ingestión insuficiente de agua, entre otros.
Otras experiencias: Sri Lanka
En la conferencia internacional el doctor Channa Jayasumana compartió la experiencia de Sri Lanka: «El informe realizado en Sri Lanka con la OMS y el Ministerio de Salud ha identificado a los plaguicidas y fertilizantes utilizados en la agricultura como las causas principales de esta enfermedad». Según informó, «ya se ha activado un plan de acción nacional basado en recomendaciones dadas por la OMS y el Gobierno de Sri Lanka, un plan multinivel para poder superar este problema de una manera estratégica». Este plan es una guía que puede servir de ejemplo a los países centroamericanos.
El doctor Jayasumana cuenta que el problema de la ERC en Sri Lanka se agravó a partir de 1993, donde la mayoría de los enfermos son agricultores de los arrozales. En los estudios que han realizado aparecen tres toxinas como causantes de la enfermedad: arsénico, cadmio y pesticidas nefrotóxicos. «No tenemos duda de que tóxicos procedentes de pesticidas y fertilizantes químicos están causando la enfermedad», explicó. Jayasumana, después de ver las investigaciones realizadas en El Salvador, “en un tiempo récord”, considera que los estudios histopatológicos realizados aquí tienen bastantes similitudes con los de Sri Lanza.
La declaración de la OMS de la ERC de las comunidades agrícolas de Centroamérica como un problema de salud pública, viene dos meses después de que los Estados Miembros de Centroamérica y República Dominicana que forman parte del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) y la Comisión de Ministros de Salud de Centroamérica y República Dominicana (COMISCA) a través de la “Declaración de San Salvador” reconocieran que la enfermedad renal crónica es “un problema de salud pública importante” en Centroamérica y que requiere de una “acción urgente”.
Con el reconocimiento de la OMS se espera avanzar en el establecimiento de una agenda compartida que fomente una acción coordinada de las agencias del sistema de las Naciones Unidas y del sistema interamericano para hacer frente a este grave problema de salud, así como empoderar a las comunidades afectadas para que participen de manera activa en la prevención y control de la enfermedad, en la construcción de políticas públicas y en la vigilancia del cumplimiento de los acuerdos y compromisos que se establezcan.
Fortalecer la respuesta de los sistemas de salud en todas las etapas de la enfermedad es otra de las líneas de acción, además de fortalecer y/o crear centros toxicológicos nacionales y una red centroamericana de centros de información toxicológica que contemple además, la capacitación de técnicos agrícolas y de la comunidad en la prevención de exposición a plaguicidas.
La cooperación andaluza y los esfuerzos en salud renal
Fruto de las investigaciones del MINSAL, también con el apoyo de AECID y la Junta de Andalucía, se ha creado la Unidad de Salud Renal en el Bajo Lempa para el seguimiento clínico de los pacientes y acciones de prevención en la zona del Bajo Lempa, donde entre el 16% y 20% de sus habitantes padecen esta enfermedad. “La unidad de salud estará integrada por un equipo multidisciplinario: médico, enfermera, nutricionista, psicólogo, educadora de la salud, laboratorista y promotores de salud; cuenta con la consulta periódica de un nefrólogo en la propia comunidad y el equipo multidisciplinario de la unidad se moviliza a las comunidades para la atención de los pacientes bajo seguimiento y la pesquisa activa de nuevos pacientes”, explicó el jefe de Investigaciones de Enfermedad Renal Crónica del Ministerio de Salud, el doctor Carlos Orantes.