Sala de Prensa

El Plan de Agricultura Familiar (PAF) de El Salvador protagonizó el pasado 27 de junio una jornada en la que la primera dama de la República y secretaria de inclusión social, Vanda Pignato, y el director general de la FAO, José Graziano, presentaron la publicación y el documental “La FAO y la Agricultura Familiar: el caso de El Salvador” que recoge y difunde los principales resultados de este plan en su componente de seguridad alimentaria.

El Plan de Agricultura Familiar es la política pública de desarrollo rural, con una línea especial de seguridad alimentaria y nutricional que lidera el Ministerio de Agricultura y que representa, junto con Nicaragua, una de las primeras iniciativas gubernamentales, en la región centroamericana, que potencian una política de Estado basada en la economía de subsistencia de la agricultura familiar. El modelo nace de experiencias previas en el país, y la región, financiadas por AECID, en las que se contó con la asistencia técnica de FAO.

Programa Especial para la Seguridad Alimentaria (PESA)

Así pues, la formulación del Plan de Agricultura Familiar es el resultado de un trabajo conjunto y cristaliza una dilatada experiencia en el fortalecimiento de la seguridad alimentaria de la población más vulnerable. Es un modelo sustentado en experiencias como el Programa Especial para la Seguridad Alimentaria (PESA), que comenzó su ejecución en la región en el año 2000, apoyado por la cooperación española y que tras doce años atesora experiencias y lecciones aprendidas que ha podido trasladar, con un modelo de transferencia horizontal, al resto de los países de la región.

En el año 2006, el programa comenzó a ejecutarse en El Salvador y ha permitido el desarrollo de metodologías participativas capaces de garantizar un enfoque más integral y sostenible de la seguridad alimentaria. En ese año también se inició la intervención de apoyo a la rehabilitación productiva y manejo sostenible de microcuencas en municipios de Ahuachapán, ejecutada por el Ministerio de Agricultura, pero siempre con el apoyo técnico de FAO y apoyada por AECID.

“Tanto el PESA como el proyecto Ahuachapán se estaban ejecutando al momento de la formulación del PAF; por lo tanto, cada vez que se proponía una metodología, un enfoque o una línea de acción, se iba a los territorios a hablar con las familias, a preguntarles qué opinaban de lo que se estaba haciendo”, cita el documento presentado.

El proyecto de Ahuachapán, que nace como una ayuda de emergencia, es conducido hacia un enfoque de más largo aliento como programa de desarrollo. Esta experiencia productiva, basada en principios asociativos y la transferencia tecnológica horizontal entre las familias, muestra resultados eficientes que se han convertido también en un referente para el diseño del Plan de Agricultura Familiar en su componente de seguridad alimentaria, resalta la publicación

El documento también destaca que el desarrollo de la agricultura familiar se ha convertido en una oportunidad para toda la región. Alcanzar el desarrollo de la agricultura familiar exige planteamientos innovadores; en los que la capacitación, la integralidad y la intersectorialidad juegan un papel destacable.

La experiencia desarrollada en la región, a través de la financiación española, ha podido contribuir al diseño de enfoques y metodologías eficientes que el Plan de Agricultura Familiar asume en su formulación. El PAF manifiesta también una prioridad de los gobiernos de América, para la que han solicitado el apoyo de la FAO en la conferencia celebrada en Buenos Aires; pero, además, se enmarca en la iniciativa América Latina y Caribe sin Hambre que la AECID apoya a través de FAO.

El Plan de Agricultura Familiar representa un modelo de incidencia política, en cumplimiento del máximo mandato al que pueda responder la inversión española en la región, lograr que las políticas públicas asuman los enfoques y metodologías validadas por la experiencia en los territorios.